La mediación familiar es un proceso de resolución de conflictos en los que no es necesaria la intervención de un juez; son los propios cónyuges, de común acuerdo, quienes deciden todo lo concerniente a su divorcio.
Se trata, de que ambos afronten conjuntamente la búsqueda de las soluciones a los distintos problemas de reorganización familiar que supone la ruptura de su relación de pareja. Deciden voluntariamente ponerse en manos de un mediador familiar, imparcial y cualificado que desarrolle el proceso de mediación facilitándoles el llegar a acuerdos. El mediador no asesora, no decide y no impone nada, simplemente crea espacios de diálogo entre los los cónyuges para provocar el acuerdo.
En la mediación familiar no se trata tanto de defender una postura propia como de estar dispuesto a escuchar al otro, ver en lo que estamos de acuerdo y en lo que no y en este último caso, cómo podemos llegar a una solución.
Se desarrolla en tres fases:
- una fase de premediación que es más de tipo informativo y recogida de datos,
- una segunda fase de mediación propiamente dicha que se desarrolla en varias sesiones, conjuntas o por separado, donde se trabajan los puntos de conflicto.
- una tercera fase de finalización donde se levanta el Acta de mediación en la que se recogen los términos del acuerdo global alcanzado. En caso de que no haya sido posible el acuerdo, también se indicará, así como la causa o causas de ello.
Nadie nace sabiendo negociar y, menos aún, en situaciones de crisis. Encontrar acuerdos exige tiempo, espacios para recuperar la comunicación y el apoyo de un experto en la materia.
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Javier L. Valero Bermejo.
Abogado de Familia en Zaragoza
Teléfono: +34 617818966