En algún momento de nuestra vida podemos necesitar la intervención de un abogado: una herencia, un problema laboral, un divorcio… En el presente artículo expongo diez recomendaciones para que la elección de abogado sea lo más eficaz posible.
1. Proximidad geográfica
Tener al abogado cerca de nuestro domicilio facilita la fluidez de la relación profesional. Hay que pensar que te vas a tener que entrevistar con él en sucesivas ocasiones a lo largo de la tramitación del asunto, por lo que parece lógico que cuanto más cerca esté de tu domicilio, mucho mejor.
2. Especialización
El Derecho es muy amplio y cada día más complicado, por lo que debemos dejar nuestro caso en manos de un especialista en la rama jurídica de la que se trate. Al igual que para tratarnos de un problema de oído vamos al otorrino y no al traumatólogo, si tenemos un problema laboral vamos al abogado laboralista y no al penalista.
3. Experiencia
La experiencia no solo es saber Derecho. Los abogados experimentados saben asesorar bien a los clientes, redactar escritos, actuar en un juzgado o tribunal, etc. y eso solo lo dan los años de trabajo.
4. Confianza
La relación abogado-cliente debe estar presidida por la confianza, pero debe ser mutua: el cliente debe confiar en que su abogado le va a asesorar debidamente, sin engaños y con sujeción al código deontológico y el abogado debe confiar en que su cliente le va a contar el problema tal cual es, con los hechos que le benefician y los que le perjudican para enfocar correctamente el asunto encomendado.
5. Atención personalizada
Significa respetar los intereses del cliente. En este sentido, tratar de terminar la reunión lo antes posible, atender llamadas o correos electrónicos mientras estamos reunidos, etc. es no prestar atención a nuestro problema y síntoma de una falta de respeto por nuestros intereses.
6. Capacidad de resolver dudas
Es una forma de empatía con el cliente. El buen abogado sabe explicar al cliente lo que ocurre y cómo va a actuar.
7. Éxito en casos similares
Es un requisito derivado de la experiencia, puesto que el abogado experimentado sabe moverse en los casos que habitualmente trabaja y, aunque obviamente no gana todos los casos, en la mayoría obtiene un resultado satisfactorio.
8. Reputación
Antes de contratar un abogado por tu cuenta, indaga en tu entorno más cercano y si no es posible, en internet puedes encontrar opiniones sobre los profesionales que te interesen.
9. Honorarios
El buen profesional ajusta el precio no solo al tipo de asunto que se le encomienda sino también a las circunstancias del cliente mediante la opción del fraccionamiento del pago u otras formas para que el cobro de los honorarios sea posible y no signifique un quebranto económico para el cliente.
10. Suscripción de la Hoja de Encargo Profesional
Es muy recomendable que nuestro abogado redacte esta Hoja de Encargo Profesional que no es más que un contrato en el que quedan por escrito los trabajos a realizar, el precio y la forma de pago.
Este artículo es un post patrocinado que he tenido el placer de preparar para el Despacho de mi compañero de Córdoba Valentín Aguilar. Recomiendo su difusión visitando su página web https://valentinjaguilarabogado.es/ rel=»nofollow»
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